martes, 13 de diciembre de 2011

La maleta mexicana


En otoño de 2007 se inauguraba en Nueva York una importante exposición dedicada a la Guerra Civil Española en la que, por primera vez, se iban a mostrar las fotografías de Gerda Taro junto a las del mítico Robert Capa en un espacio museístico común. Al tratarse de una retrospectiva de los dos fotógrafos esta muestra pionera incluyó algunas de las fotografías más significativas de la batalla de Brunete, obtenidas por Gerda Taro en el frente, donde murió a consecuencia de un desafortunado accidente que la convertiría en la “primera fotoperiodista muerta en un campo de acción” (Life, 1938). Nada hacía imaginar que esta primera muestra coincidiría en el tiempo con la recuperación de lo que hasta ahora se ha definido como el hallazgo más importante de la historia del fotoperiodismo; más de 4.000 fotografías de la Guerra Civil Española pertenecientes a Robert Capa, David Seymour y Gerda Taro aparecidas en diciembre de 2007 en México en tres cajas de cartón, ordenadas no por autores sino por temas. A este conjunto de obras mezcladas se ha dado en llamar "Maleta Mexicana", y desde octubre de 2011 puede verse en Barcelona, en el Museo Nacional D´Art de Catalunya, una selección de estas fotografías, entre las que se incluyen muchas, inéditas, de la batalla de Brunete, un tema y un escenario que a la vez consolidaría la carrera fotoperiodística de Gerda Taro y la llevaría a la muerte el 26 de julio de 1937.




Ambas situaciones seguramente fueron consecuencia del “suficientemente cerca”, la máxima de Capa para obtener buenas fotos, una regla de trabajo puesta también en práctica por Taro en Brunete incluso en pleno repliegue del ejército republicano hacia Villanueva de la Cañada el día 25 de julio, cuando en la situación creada por el más duro bombardeo de la aviación fascista en toda la batalla, un tanque T-26 republicano descontrolado golpeó el automóvil en el que viajaba Gerda junto al general Walter, el jefe de la 35 División. La fotógrafa cayó al suelo donde inmediatamente resultó arrollada por las orugas del carro de combate. Aún con vida fue trasladada a un hospital, según parece en El Escorial, donde falleció en la madrugada del día 26 de julio de 1937, sin que los esmerados cuidados médicos que recibió lograran salvar su vida. Las fotos de Gerda Taro constituyen un testimonio imprescindible de ese momento de la historia española y un hito de la fotografía bélica en general. El valor que hoy otorgamos a su obra se explica en buena medida por su presencia en los mismos lugares donde se combatía, en los que supo capturar con su cámara lo esencial de la guerra española. Sus últimas fotografías encontradas en la Maleta Mexicana, las de la batalla de Brunete, marcan un punto de inflexión en el fotoperiodismo de guerra por su estilo arriesgado y dinámico, un mérito que seguramente se explique más que por pericia profesional, por el compromiso de Gerda con la causa republicana, el cual aceptó llevar hasta el límite.
                                                                       Lorna Arroyo  

                                                                                                                                                                                 

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